martes, 29 de abril de 2008
Pensiones
1. La Suprema Corte de Justicia de la Nación resolverá hasta finales del año los amparos que se promovieron en contra de las reformas al sistema de pensiones en la Ley del ISSSTE. De acuerdo con proyecciones elaboradas en el máximo tribunal este caso se verá hasta mediados del segundo periodo de sesiones que inicia en agosto.
Pero antes de que se emita una decisión final, al igual que ocurrió en el caso del aborto, la Corte abrirá un periodo de audiencias para escuchar las opiniones de los trabajadores.
2. Para que la Corte pueda pronunciarse sobre este caso, primero los dos juzgados que se crearon especialmente para atender las demandas que suscribieron alrededor de dos millones de trabajadores al servicio del Estado, deberán emitir las sentencias de primera instancia.
Para hacer frente a las miles de demandas –que rebasan por mucho las mil demandas anuales que recibe un juzgado en promedio- los jueces diseñaron una estrategia con el visto bueno del Consejo de la Judicatura y del presidente de la Corte.
Los jueces optaron por no resolver el mayor número posible de juicios, sino únicamente un reducido número de casos que contengan los temas más representativos, que, a su vez, sirvan para que la Corte establezca criterios que sirvan para que todos los asuntos sean resueltos en un mismo sentido.
3. Los dos juzgados han emitido, hasta el momento, sólo 84 sentencias (que fueron firmadas por cientos de personas). En todas, el fallo ha sido desfavorable para los trabajadores. Los jueces sólo decidieron protegerlos contra dos de los artículos de menor impacto de la nueva Ley del ISSSTE.
4. Todo lo que se refiere a la implementación del nuevo régimen lo dejaron intocado.
5. Las demandas, se asegura, no fueron bien planteadas por los abogados que las armaron. Hay que tener en cuenta que varios abogados, que no son especialistas en la materia, sólo lucraron con la preocupación y la causa justa de los trabajadores.
6. El destino que tuvieron las primeras demandas no será el mismo que tengan todas las que faltan. En especial porque se tiene noticia de que hay juicios que sí fueron bien sustentados y fundamentados. Uno de estos casos es el de un grupo de jueces y magistrados federales de distintas partes del país que también promovieron amparos en contra de la ley.
En torno a estas demandas hay muchas esperanzas. Porque es uno de esos casos raros en los que los encargados de amparar a la población piden que también se les ampare contra una Ley que estiman es violatoria de la Constitución y que atenta también contra su sistema de jubilación. Quién mejor que ellos para argumentar y fundamentar sus demandas?
7. Los temas que plantearon los jueces y magistrados que promovieron amparos en contra de la nueva Ley del ISSSTE serán parte del eje de las discusiones que vendrán.
Sus argumentos, si bien servirán para que ellos ganen sus amparos –¿se imagina que los pierdan? Yo no. Por lo menos en las partes torales del caso- también servirán para que la Corte emita declaraciones de inconstitucionalidad
Cierto. El amparo sólo protege a quien se le concede. Pero la experiencia dice que cada que la Corte declara inconstitucional una ley ésta termina siendo modificada por el Congreso y el beneficio, entonces, es para todos.
8. Los trabajadores que promovieron los amparos y que ganaron las suspensiones no tienen de que preocuparse. Durante todo el tiempo que dure el juicio no se les podrá obligar a ingresar al nuevo sistema de pensiones. Cualquier violación a las suspensiones la tienen que hacer del conocimiento de los jueces, a través de los abogados que promovieron los amparos.
9. Este es uno de esos pocos casos en los que es bueno que la Corte se tarde en resolver –claro, sólo el tiempo razonable-, porque sólo así se podrán analizar con seriedad y a profundidad los temas planteados.
El caso lo requiere. Nunca antes tantas personas habían demandado la protección de la justicia federal por un mismo tema. Es una oportunidad para que el pleno de la Corte retome sus orígenes, para que vuelva a colocar los temas de defensa de derechos fundamentales entre sus prioridades. Porque en los últimos años los conflictos políticos, entre autoridades, son los que han acaparado su tiempo y atención.
10. Vale más un amparo que mil marchas. Este caso debe convertirse en un ejemplo de que, como dicen los que saben, la justicia no se implora, se gana, pero no en las calles, sino en los tribunales. Y los juzgadores tienen que garantizar que esto sea así, para que las calles dejen de ser la opción a seguir.
El juicio de amparo es una herramienta que los juristas mexicanos crearon para proteger a los ciudadanos de los abusos de las autoridades. Pero, lamentablemente, casi 80% de los casos que atiende la Corte tienen que ver con demandas que promovieron empresarios o particulares para no pagar impuestos. Casi no se presentan demandas en las que se pidan proteger, por ejemplo, derechos de tipo social.
También es cierto, los juicios de amparo son complejos y caros, pero hay instituciones como el Instituto Federal de Defensoría Pública, que cuentan con abogados eficientes y bien remunerados (ganan más de 60 mil pesos mensuales) que se dedican a llevar este tipo de juicios de manera gratuita.
APUNTES PARA EL EXPEDIENTE :
1. Dos legisladores desairaron el congreso sobre la reforma penal a la Constitución que realizó la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) la semana pasada.
El caso de la presidenta de la mesa directiva de la Cámara de Diputados, Ruth Zavaleta, fue el que generó más confusión entre el círculo principal de colaboradores del presidente de la Corte.
Resulta que cuando la diputada se enteró del evento llamó a las oficinas del ministro Guillermo Ortiz Mayagoitia, para invitarse. Pero cuando después le informaron que en el acto también estaría el presidente Felipe Calderón canceló su participación, pero dijo que alguien iría en su representación. Más tarde, de manera poco cortés, avisaría que nadie asistiría en representación de los diputados.
El otro caso fue el del panista Santiago Creel Miranda, quien también canceló su asistencia, sólo que él sí mandó a un representante del Senado.
2. El desaire, dicen los que saben, también vino de adentro. Resulta que al foro no asistieron un buen número de jueces y magistrados que, en todo momento se opusieron a la reforma y que, en corto, cada que pueden expresan su malestar porque ni la Corte ni el Consejo de la Judicatura, fijaron una postura oficial, y menos firme, sobre el tema a discusión.
3. Por cierto hay quien, maliciosamente, pero con un colmillo increíble en estos temas, se preguntó por qué la Corte es quién está organizando este tipo de foros cuando quien debería hacerlo es el Consejo de la Judicatura Federal. ¿Serán las reticencias al tema o simple falta de interés?
Via:Carlos Avilés, el universal
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