El intento de robo a personal de la Casa Blanca por parte de un empleado de la Presidencia de México refrenda estereotipos compartidos por muchos estadounidenses, de que hay una corrupción rampante en nuestro País, lo que complica la relación bilateral. Rafael Quintero Curiel, empleado menor de la oficina de prensa de la Presidencia de la República, ha hecho un daño mayor con su reprobable conducta.
El ladronzuelo intentó hacerse de seis celulares modelo Black Berry que habían depositado los asistentes del presidente George Bush en una charola, como es costumbre, antes de entrar a la reunión que su jefe sostuvo en Nuevo Orléans con el presidente Felipe Calderón y el Primer Ministro de Canadá. Las cámaras del servicio secreto captaron la acción. Agentes del FBI siguieron al funcionario mexicano desde que salió del salón de reuniones pero lo detuvieron en el aeropuerto antes de que abordara el avión oficial, aunque no lo arrestaron ahí, sino que recuperaron los aparatos, y lo entregaron a las autoridades mexicanas.
El ladronzuelo intentó hacerse de seis celulares modelo Black Berry que habían depositado los asistentes del presidente George Bush en una charola, como es costumbre, antes de entrar a la reunión que su jefe sostuvo en Nuevo Orléans con el presidente Felipe Calderón y el Primer Ministro de Canadá. Las cámaras del servicio secreto captaron la acción. Agentes del FBI siguieron al funcionario mexicano desde que salió del salón de reuniones pero lo detuvieron en el aeropuerto antes de que abordara el avión oficial, aunque no lo arrestaron ahí, sino que recuperaron los aparatos, y lo entregaron a las autoridades mexicanas.
El cese del empleado adscrito a la oficina de prensa de Los Pinos fue inmediato por parte de sus jefes. Esperemos que además se le finquen responsabilidades, pero el daño está hecho: una aberrante conducta personal salpicó un encuentro en el que ya ni siquiera se habló de extender el Tratado Regional de Libre Comercio, ¡sino de salvarlo del exterminio!
Por supuesto que las cadenas como Fox News y el comentarista Lou Dobbs de CNN se cebaron en el negrito en el arroz, el patético asunto del robo y lo aderezaron con sus propios prejuicios de cómo los mexicanos en general no respetamos las leyes, empezando por el presidente Calderón, quien reconoció que tiene parientes y amigos que viven en Estados Unidos, sin visas de trabajo u otros documentos para avalar la legalidad de su estancia.
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