sábado, 19 de enero de 2008
Dolor nueva esperanza en su combate
El descubrimiento de un equipo suizo-germano de investigadores podría abrir el camino para reducir los dolores crónicos sin provocar efectos secundarios indeseables.
Especialistas en Farmacología de la Universidad y de la Escuela Politécnica Federal de Zúrich identificaron en la médula espinal de los ratones dos receptores que actúan como filtros del dolor al entrar en contacto con una sustancia similar a la del 'valium'.
El profesor suizo en Farmacología, Hanns-Ulrich Zeilhofer, al frente del equipo de especialistas, considera que deberá ser posible desarrollar una sustancia análoga que reaccione en el hombre de igual forma que en el caso de los ratones.
Zeilhofer, activo tanto en la Escuela Politécnica Federal de Zúrich (EPFZ) como en la Universidad de esa misma ciudad helvética, encabeza este grupo de estudiosos que presentó su hallazgo en el último número de la revista científica 'Nature'.
Señales de dolor
Los dolores crónicos son difíciles de tratar, especialmente aquellos cuya causa precisa no puede explicarse. Por fortuna, entre los seres humanos saludables, la médula espinal sirve de filtro para aminorar las señales del daño.
En los pacientes con dolencias crónicas, esta función de filtro disminuye de forma considerable, de tal modo que el enfermo siente más dolores.
Y en este aspecto, las investigaciones del equipo del profesor Zeilhofer podrían llevarse a la práctica. "La pérdida de esa función del filtro del dolor se debe probablemente al mal funcionamiento de los neuromediadores inhibidores en la médula espinal", explica.
"Y creemos haber encontrado allí dos receptores que al ser reactivados, propiciarían el reestablecimiento en la función del filtro del dolor".
Reacción al 'valium'
Los dos receptores trabajan normalmente con dos neurotransmisores GABA (de ácido gamma aminobútrico) cuyo efecto puede ser reforzado con la benzodiazepina, es decir, con sustancias semejantes al 'valium'.
"Naturalmente, no es posible tratar a los pacientes con dicho medicamento", advierte el investigador, ya que éste tiene un efecto sedante, que produce fatiga y apatía. Además, pierde su efecto con el tiempo, puesto que el cuerpo se acopla rápidamente a la sustancia.
"Pero todos esos efectos secundarios tienen origen en el cerebro, en el momento en que los receptores que hemos identificado actúan de forma contraria en la médula espinal", precisa.
Que no provoque fatiga
Afortunadamente, los receptores GABA de la médula espinal son numerosos y no estarían implicados en los efectos que generan sustancias similares al 'valium'.
Por lo que ahora se trata de encontrar una medicina semejante que no tenga efecto en el cerebro, pero que sí provoque la reacción de los receptores GABA de la médula espinal.
El científico ya ha tenido ese tipo de sustancias a disposición para sus experimentos con ratones y ratas en el laboratorio, pero "aún no son lo suficientemente adecuadas para aplicarlas en el ser humano".
Debe ser una píldora
Para que el tratamiento del dolor con base en el descubrimiento de los investigadores de Zúrich pueda funcionar, es necesario desarrollar esa sustancia; y la forma ideal sería que fuera ingerida por el cuerpo humano en forma de píldoras.
"Éste es un desafío para los químicos de los ámbitos de la medicina y la farmacéutica", acentúa Zeilhofer. Él y su equipo no pueden encargarse del reto, aunque "esperamos naturalmente que la industria farmacéutica tome en cuenta nuestras sugerencias". Ya están en contacto con los sectores interesados.
swissinfo, Ulrich Goetz
(Traducido del alemán por Patricia Islas Züttel)
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