martes, 29 de enero de 2008

La ciencia es la respuesta

Mientras Mexico vive en:

La India cimenta su presente y fururo

La ciencia es la respuesta para lograr el desarrollo económico nacional. En otras palabras, la evidencia demuestra que la inversión en ciencia y tecnología es fundamental para el crecimiento de los países.

Con esto en mente, hace unos días el primer ministro de India, un país cuyo Producto Interno Bruto (PIB) es tres veces menor al de México, anunció que la ciencia será una prioridad en su gobierno, para lo cual aumentará cinco veces los recursos en este rubro.

El objetivo, anunció Manmohan Singh, será que estudiantes se incorporen a carreras científicas y asegurar, de esa manera, el suministro de profesionales que se dediquen a la ciencia en el futuro.

En los próximos cinco años India fundará 30 universidades, cinco institutos de educación e investigación científica, ocho institutos de tecnología y 20 institutos de tecnología de la información. Asimismo, se abrirán mil 600 politécnicos, 10 mil escuelas vocacionales y 50 mil centros de desarrollo de habilidades. Impresionante.

Un millón de niños en edad escolar recibirán becas de innovación científica y 10 mil becas se otorgarán a aquellos jóvenes que elijan el área de ciencias en el bachillerato. Iniciarán programas de educación específica en sectores estratégicos para su país, como ciencias nucleares y espaciales como una forma de captar a los talentos en cuanto salgan de las escuelas.

Detalles aparte, se trata de un intento para que la ciencia de ese país dé un salto enorme. El programa ha sido celebrado por científicos alrededor del mundo, que reconocen el esfuerzo que se está haciendo y creen que se trata de la mejor forma de apostar por el desarrollo económico: a través de la educación de los niños y del desarrollo basado en el conocimiento.

Ha llegado a tal punto el entusiasmo de la comunidad internacional que la revista Nature, una de las mejores en ciencia, ha creado Nature India. Se trata del único país en el mundo que cuenta con una edición especial dedicada a publicar los avances científicos que allí se desarrollen y a discutir los temas de ciencia de interés local; se trata sin duda de un reconocimiento sin precedentes.

En México hay claridad sobre la conveniencia de un enfoque como éste. El presidente de la Academia Mexicana de Ciencias, Juan Pedro Laclette, ha declarado que apostarle a la ciencia es una inversión segura. Aunque no es posible demostrar una relación causal entre la inversión en investigación y desarrollo y los resultados en términos de un incremento en el PIB, es cierto que un mayor nivel de inversión en ciencia se correlaciona con mejores tendencias en el crecimiento de la riqueza de una nación.

Los países desarrollados como Australia, Canadá, Japón, Corea del Sur, Estados Unidos y algunos territorios europeos invierten entre 1.5% y 3.8% del PIB en ciencia y tecnología. México, según datos del Almanaque mexicano 2008, gastó en 2005 el 0.37%, muy por debajo del 1% que se sugiere como inversión mínima para asegurar un desarrollo que evite el rezago económico y cultural, consecuencia insoslayable de los países cuyo desarrollo no está basado en el conocimiento.

La capacidad de crecimiento de un sociedad tiene bases importantes en rubros científicos como la agricultura, la ingeniería, la salud e incluso las ciencias sociales que resultan esenciales en la solución estratégica de los problemas. Los países en vías de desarrollo necesitan de grupos interdisciplinarios capaces de utilizar los recursos con los que se cuenta y explotarlos para producir riqueza. Así, en estas sociedades es indispensable la interacción entre ciencia y tecnología, agricultura, ingeniería y medicina que generen conocimientos que potencialmente puedan ser utilizados por la industria y el sector privado.

También las ciencias sociales son importantes. Se requiere de economistas, sociólogos, antropólogos, politólogos y administradores que hagan políticas para favorecer el desarrollo de una cultura científica y tecnológica asegurando una estrecha interacción entre los sectores públicos y privados para aplicar así los conocimientos generados en áreas básicas a la solución concreta de problemas y generación de riquezas.

Desafortunadamente, esperar que las naciones industrializadas generen el conocimiento con miras a aplicarlos localmente es una actitud ilusoria que repercute en políticas improductivas. Para que un país se beneficie y produzca riqueza a partir de la ciencia es necesario que ésta se adapte a las circunstancias y necesidades locales, por lo que debe ser desarrollada por científicos e institutos del mismo territorio.

Es importante tener en mente que ciencia y tecnología no son un lujo de los países ricos, sino una estrategia para que las naciones pobres saquen provecho de sus recursos, tanto materiales como humanos, para integrarse así al crecimiento mundial basado en el conocimiento. Esta es la idea a la que está apostando India.

Con la firme convicción de que están en lo correcto, sociedades menos afortunadas como la nuestra observaremos desde la distancia cómo la India confirma con medidas concretas que la ciencia es la respuesta.

Cristina Aguayo-Mazzucato
Médico cirujano
Via: editoriles el universal ;http://www.eluniversal.com.mx/editoriales/39583.html

No hay comentarios: