miércoles, 27 de agosto de 2008

El legado psicológico de la guerra

La guerra hace mella incluso en los que están por nacer. Las futuras madres que soportan niveles elevados de estrés psicológico durante la gestación tienen más posibilidades de dar a luz un bebé afectado de esquizofrenia, como le ha sucedido a muchas mujeres de Jerusalén que vivieron la Guerra de los Seis Días, el conflicto bélico entre árabes e israelíes de junio de 1967.
Estos datos, aportados por un nuevo trabajo, suman evidencia científica a la tantas veces anunciada relación entre estrés mental materno y riesgo de tener un hijo esquizofrénico. "Se sabe desde hace muchos años que factores estresantes (físicos o psíquicos) en el embarazo aumentan el riesgo de esta patología mental en los hijos muchos años después. Estudios clásicos en Finlandia evaluaron a mujeres embarazadas. Aquéllas cuyos maridos fueron a la II Guerra Mundial tuvieron más posibilidades de tener hijos con esquizofrenia en la edad adulta", ilustra Celso Arango, jefe de la Unidad de Adolescentes del Hospital Gregorio Marañón de Madrid.
Más reciente en el tiempo es el trabajo publicado en el último 'BMC Psychiatry' realizado en la capital de Israel y que ha sido llevado a cabo por Dolores Malaspina, de la Universidad de Nueva York (EEUU). Los autores intentaban detectar "cambios en la incidencia de esquizofrenia" tras la Guerra de los Seis Días, analizando los datos del Estudio Perinatal de Jerusalén (una investigación de todos los alumbramientos acontecidos entre 1964 y 1976 en la zona oeste de dicha ciudad) y el Registro Israelí de Psiquiatría.
"La población vivió momentos de mucho estrés durante tres de esos seis días en los que la ciudad fue bombardeada. Los israelíes sufrieron la interrupción normal de su ambiente, pero no se produjeron exposiciones obvias a tóxicos ni carencia de alimentos. Consideramos por tanto que era 'un experimento natural', aunque incontrolado, en el cual la ansiedad aguda podía aislarse de las consecuencias habituales de guerra. Este nivel elevado de tensión lo suficientemente corto ha permitido evaluar los efectos en cada mes de gestación en lugar de por trimestres", destacan los autores del estudio.
El tiempo de gestación y el sexo
De los 91.451 nacimientos en el periodo anual del estudio, los investigadores pudieron cotejar los datos de 88. 829. Se identificaron 637 personas con esquizofrenia y 676 con otros trastornos psiquiátricos. "Las mujeres que estaban en su segundo mes de embarazo durante la guerra de 1967 tuvieron un riesgo significativamente elevado de tener un hijo con esquizofrenia tras 21 a 33 años de seguimiento", aclara el trabajo.
"Nuestro trabajo ha establecido también que el riesgo es distinto en función también del sexo del feto", aclara la doctora Malaspina. Concretamente, las posibilidades de estas gestantes de tener descendencia femenina con el trastorno fueron 4,3 veces más y 1,2 superiores, en el caso de alumbrar un varón.
Los hallazgos del grupo de Nueva York suponen un refuerzo a los datos obtenidos por miembros de las Universidades de Manchester (Inglaterra), Aarhus (Dinamarca) y Cork (Irlanda) en un estudio similar al de Jerusalén publicado en febrero de este año en el 'Archives of General Psychiatry'. Tras analizar a 1,3 millones de daneses nacidos entre 1973 y 1995, los autores encontraron que las embarazadas expuestas a niveles elevados de estrés psicológico, concretamente la muerte de un familiar cercano, durante el primer trimestre de embarazo tuvieron más riesgo de tener un hijo con la enfermedad mental.
El estrés es habitual en las ciudades desarrolladas. El interés sobre sus consecuencias en el embarazo y en los futuros hijos se basa en los antecedentes hallados en biología experimental que han constatado que la tensión intrauterina puede afectar al desarrollo neurológico del descendiente. "La tensión cambia la forma en la que los glucocorticoides y las hormonas sexuales regulan la neurogénesis del desarrollo del cerebro, en el hipocampo", argumenta la investigación .

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