
Los hombres que participaron en el estudio tenían tres veces más probabilidades de tener sexo con una prostituta en California que antes de salir de su país.
También hubo cinco veces más probabilidades de tener sexo mientras usaban drogas o bebían alcohol, así como 13 veces más probabilidades de tener sexo con otro hombre.
Es más probable que los hombres usen condones en Estados Unidos, según el estudio, pero su conducta de alto riesgo igualmente incrementa su posibilidad de infección, añadió el investigador.
Un 0.3 por ciento de la población mexicana está infectada de VIH. La tasa de infección en Estados Unidos es del 0.6 por ciento.
Los hispanos representan cerca de un 15 por ciento de la población de Estados Unidos. Ese grupo representa el 18 por ciento de los diagnósticos de sida, de acuerdo con autoridades de salud de ese país.
Pero determinar la tasa de infección entre inmigrantes ilegales es difícil, dado que la mayoría no se hace exámenes para saber si están infectados.
Steffanie Strathdee, profesora de la Universidad de California en San Diego, encontró que los residentes de la fronteriza ciudad mexicana de Tijuana que se han inyectado drogas y han sido deportados desde Estados Unidos tienen cuatro veces más probabilidades de estar infectados con el VIH que aquellos usuarios de drogas que no han sido deportados.
Nuevos brotes del virus han sido detectados también en pequeños pueblos lejos de la frontera.
Inmigrantes zapotecos del sureño estado mexicano de Oaxaca contrajeron VIH en Estados Unidos pero tenían demasiado miedo de ser deportados para buscar cuidados médicos, de acuerdo con un estudio conjunto mexicano-estadounidense.
Si vuelven a sus pueblos de origen, podrían infectar a sus parejas, si no conocen o son renuentes a revelar que padecen la enfermedad, dijeron investigadores.
Reuters Health
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