Aunque las convulsiones por fiebre pueden ser mortales para algunos niños, esos decesos son extremadamente raros, demostró un estudio a gran escala llevado a cabo en Dinamarca.
Los hallazgos, publicados en la edición del domingo de la revista médica The Lancet, deberían tranquilizar a los padres, dijeron los investigadores. Alrededor del 2 al 5 por ciento de los niños menores de 5 años padecerán al menos una convulsión febril, que son los ataques provocados por las altas temperaturas corporales. Pero los estudios sobre la condición han sido demasiado pequeños como para estimar cuántos chicos realmente mueren como consecuencia de estas convulsiones febriles.
Para el nuevo estudio, el equipo del doctor Mogens Vestergaard, de la Universidad de Aarhus en Dinamarca, analizó datos sobre casi 1,7 millones de niños nacidos en el país europeo entre 1977 y el 2004.
Los investigadores identificaron a 8.172 niños que murieron durante el período de estudio, incluidas 232 muertes entre más de 55.000 chicos con antecedentes de convulsiones febriles. En general, los investigadores hallaron que los niños que sufrían una convulsión febril eran casi dos veces más propensos que la población infantil general a morir durante los dos años posteriores al ataque. Más allá de eso, no hubo mayor riesgo.
Y mientras que el riesgo de muerte a corto plazo era elevado, la cantidad efectiva de niños que morían fue extremadamente baja, destacó el equipo de Vestergaard.
Después de dos años, señalaron los autores, hubo dos muertes por cada 1.500 niños con convulsiones febriles, comparado con una muerte por cada 1.500 chicos de la población general.
Además, el estudio reveló que dependía mucho de qué tipo de convulsión se trataba.
Los niños que padecían una "convulsión" simple, es decir que no duraba más de 15 minutos y no tenía recurrencia en 24 horas, tenían una tasa de muertes similar a los pequeños de la población general.
En cambio, el riesgo se relacionó específicamente con las llamadas convulsiones complejas, que son más prolongadas o se repiten dentro de las 24 horas. Generalmente, las muertes de esos niños estaban vinculadas con anormalidades neurológicamente preexistentes.
Los resultados parecen "refutar", en el caso de los bebés y los chicos con convulsiones febriles simples, la idea de una causa común entre los ataques por fiebre y la muerte súbita", escribió la doctora Maitreyi Mazumdar, del Hospital de Niños de de Boston, en un editorial relacionado.
Al mismo tiempo, añadió la experta, los resultados refuerzan el mensaje de que los niños con convulsiones complejas y anormalidades neurológicas deberían ser seguidos de cerca por sus médicos.
FUENTE: Lancet, 9 de agosto del 2008
Los hallazgos, publicados en la edición del domingo de la revista médica The Lancet, deberían tranquilizar a los padres, dijeron los investigadores. Alrededor del 2 al 5 por ciento de los niños menores de 5 años padecerán al menos una convulsión febril, que son los ataques provocados por las altas temperaturas corporales. Pero los estudios sobre la condición han sido demasiado pequeños como para estimar cuántos chicos realmente mueren como consecuencia de estas convulsiones febriles.
Para el nuevo estudio, el equipo del doctor Mogens Vestergaard, de la Universidad de Aarhus en Dinamarca, analizó datos sobre casi 1,7 millones de niños nacidos en el país europeo entre 1977 y el 2004.
Los investigadores identificaron a 8.172 niños que murieron durante el período de estudio, incluidas 232 muertes entre más de 55.000 chicos con antecedentes de convulsiones febriles. En general, los investigadores hallaron que los niños que sufrían una convulsión febril eran casi dos veces más propensos que la población infantil general a morir durante los dos años posteriores al ataque. Más allá de eso, no hubo mayor riesgo.
Y mientras que el riesgo de muerte a corto plazo era elevado, la cantidad efectiva de niños que morían fue extremadamente baja, destacó el equipo de Vestergaard.
Después de dos años, señalaron los autores, hubo dos muertes por cada 1.500 niños con convulsiones febriles, comparado con una muerte por cada 1.500 chicos de la población general.
Además, el estudio reveló que dependía mucho de qué tipo de convulsión se trataba.
Los niños que padecían una "convulsión" simple, es decir que no duraba más de 15 minutos y no tenía recurrencia en 24 horas, tenían una tasa de muertes similar a los pequeños de la población general.
En cambio, el riesgo se relacionó específicamente con las llamadas convulsiones complejas, que son más prolongadas o se repiten dentro de las 24 horas. Generalmente, las muertes de esos niños estaban vinculadas con anormalidades neurológicamente preexistentes.
Los resultados parecen "refutar", en el caso de los bebés y los chicos con convulsiones febriles simples, la idea de una causa común entre los ataques por fiebre y la muerte súbita", escribió la doctora Maitreyi Mazumdar, del Hospital de Niños de de Boston, en un editorial relacionado.
Al mismo tiempo, añadió la experta, los resultados refuerzan el mensaje de que los niños con convulsiones complejas y anormalidades neurológicas deberían ser seguidos de cerca por sus médicos.
FUENTE: Lancet, 9 de agosto del 2008
Via:Reuters Health
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