sábado, 16 de febrero de 2008
Los mensajes de estómago lleno no llegan adecuadamente al cerebro de las personas con sobrepeso
NC&T) Simulando sensaciones de estómago lleno mediante un globo expandible, Gene-Jack Wang (autor principal del estudio) y sus colegas observaron la activación de áreas diferentes del cerebro en personas de peso normal y con sobrepeso.
Los sujetos con sobrepeso presentaban menos activación en las partes del cerebro que señalan saciedad en los de peso normal. Los primeros eran también menos propensos que los otros a notar saciedad cuando sus estómagos estaban moderadamente llenos. Estos hallazgos proporcionan nuevas evidencias para responder por qué algunas personas continúan comiendo a pesar de haber ingerido una ración de tamaño moderado que debiera bastarles.
Wang y sus colegas estudiaron el metabolismo del cerebro de 18 individuos con índices de masa corporal que oscilaban entre 20 (peso bajo/normal) a 29 (sobrepeso extremo / umbral de la obesidad). Cada participante del estudio tragó un globo, que entonces era inflado con agua, vaciado, e inflado de nuevo, a volúmenes que variaban entre el 50 y el 70 por ciento. Durante este proceso, los investigadores usaban resonancia magnética funcional por imágenes (fMRI) para examinar los cerebros de los sujetos. A estos también se les pidió durante las diversas fases del estudio que describieran cuán lleno sentían su estómago. Cuanto más alto era su índice de masa corporal, más baja resultaba ser la probabilidad de que confesaran sentirse "llenos" cuando el globo estaba inflado al 70 por ciento.
Cierta región del cerebro se activaba menos en los sujetos con alto índice de masa corporal, mientras que lo hacía más en los sujetos sin sobrepeso. Esta activación se producía cuando los sujetos de estudio decían sentirse llenos. Los que más apetito reconocían sentir tenían las menores tasas de activación en ese punto del cerebro. Así, este estudio proporciona la primera evidencia de la conexión entre dicha región y las sensaciones de hambre o saciedad mientras el estómago está siendo llenado, demostrando, según los investigadores, que su activación suprime el apetito.
Los científicos observaron también una gama de hormonas que regulan el sistema digestivo, para ver si desempeñaban algún papel en las respuestas a las sensaciones de saciedad. La grelina, una hormona conocida por estimular el apetito y causar saciedad a corto plazo, mostró la mayor relevancia. Los investigadores constataron que los individuos que tenían los más altos incrementos en los niveles de grelina después de que sus estómagos estuvieran moderadamente llenos, presentaban también la mayor activación de esa región del cerebro. Esto sugiere que la hormona grelina puede controlar la reacción de esa región del cerebro a las señales de saciedad enviadas por el estómago.
Via:www.Solociencia.com
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