En la conferencia de febrero sobre "Cambio Climático y Patologías Femeninas", asociada a una reunión del Programa de las Naciones Unidas para el Medioambiente, se mostraron estudios confirmando una tendencia mundial, pubertad en niños.
El profesor Charles Sultan, de la Unidad de Endocrinología y Ginecología Pediátrica de la Universidad de Montpellier (sur de Francia), citó estudios estadounidenses en los que el 15 por ciento de las niñas blancas y el 48 por ciento de las negras habían adelantado su primer signo de pubertad, el desarrollo de mamas, a los ocho años.
En sólo 30 años, la edad de pubertad femenina ha descendido un año. La primera regla, desde una media de 10,9 años en 1970, ha pasado a los 9,7 en 1998".
Y esto puede traer consecuencias graves en la salud de estos niños cuando alcancen la adultez.
La precocidad púber, según el especialista, puede producir hiper estrogenización. Es decir, largas exposiciones a los estrógenos, una hormona femenina que en altas dosis es asociada con el desarrollo del cáncer.
A corto plazo, además, el estrés para los chicos parece ser muy fuerte. "Sabemos que las niñas con desarrollo temprano saldrán con chicos más grandes, y tratarán de acomodarse a ellos haciendo cosas que sus amigos sugieran, que puede incluir fumar, beber alcohol, drogarse o iniciarse en actividades sexuales. Son vulnerables a explotación sexual y a tomar malas decisiones, y tendrán momentos difíciles para lidiar con sus urgencias hormonales".
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