jueves, 27 de diciembre de 2007

El peso del alma en el antiguo Egipto


Según los egipcios, para acceder al reino de los muertos, el difunto debía superar la prueba del peso del alma.Si su corazón pesaba más que la pluma de Maat, sería devorado.

El difunto era llevado ante Osiris, sentado en su trono y rodeado de 42 jueces, Osiris presidía la ceremonia del peso del alma.

Primero el difunto debía jurar que no había cometido ningún pecado a lo largo de su vida, que nunca había hecho ningún daño, que nunca había robado... Thot, dios de los Escribas, tomaba nota.

Para saber si el difunto decía la verdad, colocaban su corazón en uno de los platillos de una balanza.
En el otro se ponía la pluma de Maat, Anubis vigilaba el peso.

Si los platillos se equilibraban era prueba de que el difunto se había portado bien, entonces le devolvían su corazón y podía entrar en el reino de los muertos.
Si la balanza se inclinaba del lado del corazón, Ammit, monstruo de cabeza de cocodrilo y patas traseras de hipopótamo, devoraba el corazón.
El difunto sufría así el peor de los castigos, no entrar en el Más Allá.

En el reino de los muertos, el difunto de día permanece en su tumba, en este tiempo su alma (Ba) viaja y visita a su familia.


Por la noche, el difunto sube a la barca de Ra, y al amanecer regresa a su tumba, se alimenta y descansa.

Todos los egipcios deseaban alcanzar el reino de Osiris tras la muerte.

escrito por Ana en 22:55

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