lunes, 10 de diciembre de 2007

El desamor puede ser mortal



Un estudio científico afirma que la gente que sufre la pérdida de un ser querido tiene hasta 20 por ciento más riesgo de morir.
No sólo es tema de poemas o canciones, sí es posible morir por la desolación que causa un corazón roto.
Un estudio científico afirma que la gente que sufre la pérdida de un ser querido tiene hasta veinte por ciento más riesgo de morir.
Según los investigadores de la Universidad de Utrecht, en Holanda, el dolor psicológico causado por una muerte cercana juega un papel muy importante.
Los expertos afirman que la gente que pierde a su pareja, por ejemplo, a menudo adopta hábitos poco saludables como una dieta insana o tabaquismo.
De hecho, afirma el estudio publicado en la revista médica The Lancet, para los viudos (hombres), el mayor riesgo de muerte está relacionado al consumo de alcohol y a la pérdida de su única confidente.
Esto se debe a que a menudo es la esposa quien llevaba el control del régimen de salud.
Para las viudas el panorama no es tan claro pero los investigadores creen que la intensa soledad y el dolor psicológico causado por la pérdida puede desempeñar un papel muy importante.
Estudios previos han demostrado que el dolor psicológico puede causar cambios físicos en el cuerpo, ya que las hormonas del estrés pueden trastornar los procesos del organismo.
"Este hecho es bastante común en gente muy mayor" dijo a BBC Ciencia la psicóloga Diana Liberman, fundadora del Centro de Recuperación Emocional de la Pérdida y autora del libro "Es hora de hablar del duelo".
"Con una persona que ha convivido durante 40 años o más con otra persona, es muy común que al poco tiempo de la pérdida aparezca una enfermedad o alguna muerte súbita", agrega la experta.

Duelo

Los científicos analizaron varios estudios publicados sobre los riesgos que puede sufrir una persona con el corazón roto.
El objetivo era analizar la relación entre la muerte de un ser querido y la salud física y mental.
Según los autores, el sufrimiento no es una enfermedad y la mayoría de la gente es capaz de ajustarse a éste sin intervención psicológica profesional.
Sin embargo, descubrieron que la pérdida un ser querido puede estar asociada a un mayor riesgo de mortalidad, particularmente en las primeras semanas y meses después de la muerte.
El estudio encontró que los hombres tenían 21 por ciento más probabilidad de morir después de la muerte de su esposa.
Las viudas mostraron 17 por ciento más riesgo de morir tras la pérdida del esposo.
Los hombres que pierden a la mujer también tienen tres veces más probabilidades de suicidarse.
Las viudas, sin embargo, no mostraron mayor riesgo de suicidarse.
Otro estudio publicado en 2003 muestra que los padres tienen un mayor riesgo de suicidio tras la muerte de un hijo.
Entre más joven es el hijo, el riesgo es mayor y es particularmente alto en los primeros 30 días de duelo.
Según Diana Liberman, también es común ver a personas que tienen que recuperarse de la pérdida de dos seres cercanos.
"Yo he trabajado con jóvenes que vienen a recuperarse de la muerte de una hermana, por ejemplo, y al poco tiempo pierden al padre", afirma.

Consecuencias

Los científicos afirman que este riesgo está asociado al menoscabo de la salud física, que se manifiesta en el presencia de síntomas y enfermedades, y a la reducción en el uso de los servicios médicos.
Los autores afirman que en el estudio encontraron patrones "consistentes".
Esto, afirman, permite llegar a la conclusión de que "la mortalidad por el sufrimiento causado por una pérdida puede atribuirse en gran parte al llamado "corazón roto".
Hay factores que incrementan la vulnerabilidad de una persona que sufre un corazón roto, explican los investigadores.
Por ejemplo, la circunstancias de la muerte, la forma de aceptar la pérdida y otros factores personales.
"Es por eso que cuando ocurre la muerte de un hijo -dice Diana Liberman- el padre debe tener un espacio y una posibilidad de hablar del duelo y de lo que perdió".
"Porque de lo contrario, esto tendrá como consecuencia una enfermedad física o una muerte súbita", explica la experta a BBC Ciencia.
Lo principal, dice Diana Liberman, es que la gente hable del dolor que siente o busque alguna intervención psicológica.
"Lo que complica el duelo y lo que puede llevar a la enfermedad o la muerte es no hablar del duelo".
"Está comprobado que poder hablar del duelo atenúa el dolor, calma y permite que la gente pueda lograr, si no una vida intacta, sí lo más parecido a una vida normal", afirma la experta.

BBC Mundo / La Jornada On Line

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