lunes, 14 de julio de 2008

Mujer en coma desde hace 16 años, se interrumpe alimentación en Italia

La justicia italiana ha dictado la sentencia definitiva para dejar de alimentar artificialmente a una mujer italiana que lleva 16 años en coma. Se trata de Eluana Englaro, que sufre daños irreversibles desde 1992, cuando tenía 19 años y tuvo un accidente de coche. Su padre llevaba años luchando para que se diera este paso.
Según ha anunciado la agencia Ansa, el Tribunal de Apelación de Milán ha autorizado a que el padre de Eluana Englaro interrumpa las medidas de "nutrición e hidratación" que se mantienen desde hace 16 años.
El pasado año, la Corte di Cassazione italiana se pronunció a favor de esta medida, siempre y cuando se cumplieran dos condiciones. Por un lado, que la paciente estuviera en coma irreversible, algo que se cumplía en el caso de Eluana. La segunda circunstancia era más difícil de demostrar y se trataba de 'probar' que la enferma, en caso de poder elegir, hubiera optado por no continuar con las medidas artificiales para prolongar su vida y, por tanto, su estado vegetativo.
Por este motivo, y a pesar de su sentencia favorable, la Corte Suprema dejaba en manos del Tribunal de Apelación la decisión final que, según se ha dado a conocer hoy, coincide con la que se tomó el pasado año.
El padre de Eluana, Beppino Englaro, lleva 15 años reclamando esta opción. A los 12 meses del coma de su hija, tiempo tras el que se considera que la situación es 'irreversible', Beppino empezó a reclamar a los especialistas que se encargaban del tratamiento de su hija que la desconectaran. Ahí empezó una larga batalla legal con diferentes sentencias, unas a favor y otras en contra de frenar la alimentación de la paciente.Sin embargo, los múltiples recursos interpuestos por el abogado de la familia, además de reabrir en Italia el debate de la eutanasia, le han llevado a esta última decisión que permite cumplir el deseo de Beppino: cesar la agonía por la que está pasando su hija, que tiene en la actualidad 34 años.
Los jueces mantienen que la decisión de interrumpir el tratamiento era "inevitable", comprobada "la extraordinaria duración de su estado vegetativo permanente".
El juez Filippo Lamanna ha señalado en su decisión que la visión de la vida de Englaro es "irreconciliable" con la pérdida total e irreversible de las facultades psíquicas y con la supervivencia "sólo biológica de su cuerpo".
El Tribunal excluye además que la elección del tutor y padre Englaro de pedir la suspensión de la alimentación "haya sido expresión de su opinión personal sobre la calidad de la vida" de la hija o por intereses que no sean "los de respetar la voluntad" de la mujer.
El padre de Englaro ha declarado a medios locales desde Milán, al conocer la decisión, que "ha ganado el Estado de derecho" y que seguirá "el camino que me han indicado hoy los jueces, pero este asunto debe ser una decisión privada de la familia".
Fuentes judiciales indican que la decisión del Tribunal es de aplicación inmediata, aunque depende del tutor esperar los 60 días que marca la ley para un eventual recurso ante el Supremo.
Ésta no es la primera vez en la que se opta por dejar de aplicar medidas o terapias médicas para seguir alargando la vida. En diciembre de 2006, Piergiorgio Welby, un paciente con distrofia muscular, fue desconectado de su respirador artificial. Este caso provocó una inmensa conmoción en Italia y puso en evidencia la laguna jurídica existente en este país para rehusar un tratamiento médico. El Vaticano se ha manifestado en repetidas ocasiones contra toda forma de eutanasia.
En febrero de 2007, un juez se mostró contrario a desconectar el respirador a otro enfermo con distrofia muscular. "Es imposible ordenarle a un médico, hasta indirectamente, cumplir un acto que su conciencia le prohíbe", dictaba aquella sentencia.
Una polémica que cruza fronteras
El debate sobre la eutanasia también está estos días en primera plana de la actualidad alemana. Desde que Bettina Schardt, una anciana de 79 años sin ninguna enfermedad grave, se suicidara ante una cámara de vídeo el pasado mes de junio, ciudadanos, políticos y medios de comunicación han disparado este debate.
El caso de esta mujer es particularmente llamativo ya que su único deseo, el que le llevó a la muerte, era no pasar sus últimos días de vida en una residencia. Un conocido activista pro-eutanasia, Roger Kusch, asesoró a Schardt para que ésta preparara el cóctel mortal, una mezcla de cloroquina (una antimalárico) y diazepam (un calmante), que después ingirió por voluntad propia ante una cámara.
Esta jubilada alemana siguió con consejos de Kusch, que abandonó la habitación justo después de que Schardt bebiera la mezcla y volvió tres horas después para hallarla muerta en su cama. La grabación se realizó para probar que él no había sido parte activa del suicidio, según han recogido varios diarios.
La ley germana no permite la eutanasia aunque, según las últimas encuestas, el 55% de los ciudadanos se declara a favor de respetar la voluntad de cada persona y su deseo a buscar ayuda si lo necesita. La Fiscalía de Hamburgo ya ha puesto en marcha una investigación sobre el caso.
En España la legislación contempla la 'limitación del esfuerzo terapéutico' por el que se puede dejar de administrar un tratamiento si el paciente así lo manifiesta y se encuentra en plenas facultades. El caso más conocido es el de Inmaculada Echevarría, enferma de distrofia muscular, que fue desconectada del respirador en marzo del año pasado.
Via:http://www.elmundo.es/elmundosalud/2008/07/09/medicina/1215602190.html

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