Los padres de niños pequeños identificaron menos de la mitad de los peligros potenciales de seguridad para los niños en el hogar, pero les fue mucho mejor que a los profesionales sanitarios y a los trabajadores de guarderías, encuentra un estudio reciente. El estudio, de la Universidad de Alabama en Birmingham, también encontró que madres y padres reconocían menos peligros cuando se les pedía que notaran posibles problemas para sus hijos, en lugar de para los bebés en general, lo que sugiere que pensaban que conocían mejor a sus hijos, o que éstos eran menos vulnerables que los demás. En el estudio, se pidió a los adultos que colocaran etiquetas sobre lo que consideraban eran problemas de seguridad en una sala, la habitación de un niño y un baño simulados. Los investigadores colocaron artículos como medicamentos recetados, productos de limpieza y canicas en las habitaciones, además de los peligros inherentes como el sanitario y el lavamanos en el baño. Los padres, cuyos hijos tenían entre uno y tres años de edad, marcaron apenas el 47 por ciento de los peligros para la seguridad cuando se les pidió identificar las cosas que representaban un riesgo para otros niños, y solo 40 por ciento cuando se les pidió que encontraran los que podrían ser un problema para sus propios hijos, según los hallazgos, que serán publicados en la revista Accident Analysis and Prevention. Los empleados de guarderías solo anotaron el 37 por ciento de los peligros, mientas que los profesionales sanitarios apenas marcaron el 29 por ciento. "Aunque no hay estándares para evaluar si esto es un índice bueno o malo de reconocimiento, es preocupante si se aproxima a la conducta en los hogares reales", afirmaron los autores, la estudiante doctoral Joanna Gaines y el psicólogo pediátrico David Schwebel, de la Universidad de Alabama en Birmingham, en un comunicado de prensa. El Centro Nacional para la Prevención y el Control de Lesiones apunta que los accidentes son la principal causa de muerte entre los bebés de EE. UU. En 2005, más de 1,300 niños entre los uno y los dos años de edad murieron por lesiones accidentales. Aunque la educación formal no afectó la eficacia en el reconocimiento de peligros, aines señaló que los adultos con más educación relacionada a la crianza, como tomar cursos de RCP o simplemente leer revistas sobre el tema, rindieron mejor en la detección de los problemas de seguridad potenciales.
Via:accident analysis and prevention
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