lunes, 30 de junio de 2008

Laboran en su área sólo un tercio de los profesionistas


Ciudad de México.- Ubicados en los últimos lugares del "ranking" mundial en aprovechamiento escolar, competitividad productiva y capacidad para resolver problemas, los jóvenes mexicanos que concluyen sus estudios superiores son arrojados al mercado laboral con nulas o muy pocas oportunidades de trabajar en la profesión que seleccionaron y sólo unos cuántos, el 0.4 por ciento, alcanza una "competencia elevada".La desproporcionada tasa de desempleo que agobia a cientos de miles de jóvenes que creyeron haber concluido "exitosamente" una carrera profesional, es muestra del rotundo fracaso de las políticas gubernamentales de vincular la educación con el desarrollo humano y preludio de que en materia de productividad y competitividad, México seguirá perdiendo espacios en el escenario internacional.Para el Institute for Management Development (IMD), la constante pérdida de competitividad está estrechamente ligada a deficientes planes de estudios que preparan en lo elemental, pero que no forman una cultura de innovación y competencia. Es por eso que en la medida que se avanza en la globalización y tecnificación productiva, México pierde espacios en competitividad de forma tal que del lugar 35 que tenía en el 2001 cayó al 56 al cierre del 2007.

Esa tendencia negativa es también señalada en el reporte del Programa Internacional para el Seguimiento de los Conocimientos de los Alumnos (PISA) de la OCDE donde se destaca que de los 31 países, México obtuvo el penúltimo lugar en ciencias, matemáticas, comprensión de lectura y capacidad para resolver problemas.En matemáticas y ciencias los estudiantes alcanzaron 287 puntos, muy lejos de los 500 puntos que es el promedio de la OCDE, mientras que en ciencias, comprensión de lectura y solución de problemas obtuvieron resultados tremendamente bajos que los sitúan en posición ampliamente desventajosa frente a jóvenes de Corea, China, Chile e Irlanda y ni que decir de alumnos de Gran Bretaña, Japón España y Estados Unidos que ocupan los primeros lugares del ranking mundial.La escasa o nula vinculación de los planes de estudio con los procesos productivos y el factor de desarrollo humano, ha arrojado ya un saldo catastrófico: de los 4.5 millones de profesionistas que registra la Encuesta Nacional de Empleo del Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEGI), sólo 1.4 millones laboran en un área vinculada a su profesión y de ellos 88 por ciento es considerado con un grado de preparación "insuficiente".Aún peor. En su estudio "Calidad de la Educación en México" los investigadores académicos Silvia Alicia Díaz Martínez y Ana Isabel Sastre Lárraga, apuntan que las reformas educativas de los pasados sexenios centradas en la globalización y la competitividad, se quedaron cortas e inconclusas y consecuentemente cientos de miles de jóvenes egresados fueron condenados por anticipado al simple trabajo de maquila al no tener prácticamente ninguna posibilidad de desarrollar su potencial como individuos.Los investigadores señalan que por su bajo perfil y por estar sobresaturadas, carreras como Derecho, Administración, Medicina, Arquitectura, Contabilidad y Periodismo están entre las consideradas críticas para insertarse en el mercado laboral profesional y ante ello sugieren se busquen opciones en carreras técnicas donde existe una "moderada" oferta de plazas laborales.En la perspectiva del Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación en México (INEE), el retraso educativo radica en que las reformas emprendidas para mejorar el sistema poco tienen que ver con la transformación de los procesos productivos y de competitividad, además de que persiste un elevado nivel de deserción en secundaria donde de aproximadamente seis millones de alumnos que acuden a esa instancia, un 20 por ciento no concluye y otro 22 por ciento presenta recurrente índice de reprobación lo que termina por dificultar la culminación de ese nivel.El INNE expone que si bien se ha incrementado el gasto educativo que este año representa el 7.5 por ciento del PIB, sensiblemente superior a lo que invierten los países de la OCDE, el problema es la deficiente y enorme burocracia magisterial que absorbe la mayor parte del presupuesto educativo que en un 97.2 por ciento se va a gasto corriente y de este porcentaje el 93.6 por ciento se aplica directamente al pago de salarios, relegando u omitiendo programas de alta prioridad como son capacitación, desarrollo humano, desarrollo de infraestructura, adquisición de equipo didáctico e impulso de la investigación científica y tecnológica.

La ignominiosa deficiencia educativa de los docentes quedó nuevamente de manifiesto en los cursos de capacitación y evaluación que recién llevó a cabo el Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación donde el 63 por ciento de los maestros obtuvo resultado reprobatorio e incluso se detectó que muchos de ellos no tenían siquiera idea del manejo del material didáctico por haber "comprado" la plaza dentro del enjambre de corrupción que impera en el sindicato magisterial.En ese sentido la OCDE reconoce el esfuerzo en inversión educativa, pero a la vez presenta un estudio comparativo de los salarios de los maestros que frente al ingreso per cápita promedio de los mexicanos es 2.25 veces mayor, pero no cuentan con preparación suficiente y sus alumnos están en el sitio número 30 en aprovechamiento.La OCDE con cifras de 2007 señala que el promedio de días pagados a los maestros de educación básica en el país es de 466 días al año, es decir, ganan casi 16 meses de salario por año, sin incluir otras compensaciones en monto fijo y tienen al menos 90 días de vacaciones anuales. Además, con base a la información del INEE, poco más del 60 por ciento de los maestros tiene dobles turnos y en el caso de los afiliados al SNTE, se registra una elevada tasa de ausentismo por "comisiones de trabajo" u otras encomiendas o asignaturas lo que redunda negativamente en el nivel de enseñanza de los alumnos.El Foro Económico Mundial, al evaluar la calidad educativa de México, presenta aún cifras más desconsoladoras. Lo ubica en el sitio 80 entre 102 naciones rebasado incluso por economías más débiles como Uganda, Ghana, Serbia, Zimbabwe, Kenia y Jamaica que tienen expertos en ciencia y tecnología.Conforme a la evaluación del FEM, en México es casi nulo el gasto gubernamental en investigación tecnológica y científica lo que impide el adecuado desarrollo humano y formación de cuadros propios y señala que en posiciones mejores están Uruguay, Colombia, Chile, Venezuela y Brasil donde aunque es menor el gasto en educación está perfectamente dirigido y no se tiene una politizada burocracia magisterial que obstaculiza o impide los necesarios programas de reforma educativa.

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