jueves, 26 de junio de 2008

La ciencia no tiene quien la defienda


Las universidades en muchos países de América Latina no tienen la capacidad de incorporar a científicos recién graduados y por eso muchos terminan emigrando para poder ejercer su profesión. Y las consecuencias están a la vista, señala el neurobiólogo mexicano René Drucker.
"Los países que no invierten en la ciencia se vuelven países dependientes de los que sí invierten y no pueden enfrentar adecuadamente los retos que se esperan para el siglo XXI", afirma el actual director general de Divulgación de la Ciencia de la Universidad Autónoma de México (UNAM),
René Drucker.

"Ésta es la era del conocimiento científico", dice el neurobiólogo, "y aquellos países que la aprovechen podrán generar grandes beneficios económicos y sociales, ya que la ciencia es el gran motor del desarrollo". "El problema del agua, el desequilibrio ecológico, las energías alternas son una realidad y la comunidad científica, con el apoyo adecuado, debería poder enfrentar estos retos con estrategia científica y desarrollo adecuado".

René Drucker, señala que, con excepción de Brasil, los gobiernos de América Latina no invierten lo suficiente en programas vinculados con la ciencia.
En México, señala Drucker, hay aproximadamente un científico por cada 8.660 habitantes, mientras que Estados Unidos es uno por cada 237 y en Francia uno por cada 184.
Por otro lado, Brasil invierte casi 1% de su Producto Interno Bruto en ciencia y gradúa con doctorado a cerca de 10.000 estudiantes por año mientras que en México son sólo alrededor de 1.500.

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