Conocer bien al enemigo es esencial para poder vencerlo. Siguiendo esta premisa, un centenar de científicos estadounidenses de diversos institutos de investigación han realizado el mayor estudio genético desarrollado hasta la fecha sobre el cáncer de pulmón más común, el adenocarcinoma, y han logrado identificar un total de 26 genes, muchos de ellos relaciones con otros cánceres, que se alteran frecuentemente cuando se desencadena la enfermedad. Asimismo, han descubierto que muchas de las variaciones genéticas propias del cáncer de pulmón se dan también en otros tumores. El estudio, que se publica en la última edición de la revista Nature y es la culminación de tres años de trabajo, abre todo un mundo de posibilidades para el desarrollo de futuros tratamientos contra una enfermedad que mata a un millón de personas al año en todo el mundo. Para llegar a este resultado, los investigadores, liderados por Richard K. Wilson, de la Universidad de Washington, y Matthew Meyerson, del Broad Institute (un centro mixto regentado entre la Universidad de Harvard y el Instituto Tecnológico de Massachusetts), secuenciaron 623 genes de 188 muestras de adenocarcinoma, el conjunto más amplio de muestras de un cáncer analizado hasta ahora. Tras el análisis, los autores descubrieron muchos más genes mutados que los cinco ya conocidos, los denominados TP53, KRAS, STK11, EGFR y CDKN2A. Los nuevos genes son de varios tipos, como el de genes supresores de tumores o los de la clase tirosina-quinasa. Además, hallaron 1.013 alteraciones genéticas en 163 de las 188 muestras, la mayoría de las cuales han sido descritas por primera vez. “Nuestros resultados demuestran que los adenocarcinomas son heterogéneos, e incluyen diversas combinaciones de mutaciones genéticas”, señalan los autores, que agregan que la tasa de variaciones genéticas varía de unos cánceres a otros debido a defectos en la reparación del ADN de las células. En rueda de prensa, Wilson señaló que el estudio tiene importantes implicaciones para el diagnóstico y tratamiento de este tipo de cáncer, aunque “hay que considerarlo sólo como un principio”, ya que en los próximos años, gracias a uso de técnicas de secuenciación genética más avanzadas, los científicos esperan poder hacer investigaciones mucho más amplias. Por su parte, Meyerson hizo hincapié en que los genes identificados en este trabajo podrán servir como diana para nuevos medicamentos. En la misma línea, la revista Nature publica también otro estudio de científicos del Instituto de Cáncer Dana-Farber de Boston (EEUU) que da a conocer que la desactivación conjunta de dos genes, el p53 y el Pten, incide en la aparición del glioblastoma, el tumor cerebral más común y agresivo, informa EP.
Via:publico.es
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