jueves, 18 de junio de 2009

Niños que tienen amigos imaginarios se comunican mejor y son más creativos

El primer estudio, de la U. de La Trobe, en Australia, consultó a 330 universitarios sobre si recordaban tener un amigo ficticio en su niñez. El 30% de ellos recordó esa compañía, los que mostraron mayores habilidades creativas, mejor comunicación y empatía que quienes no la recordaban. Otra investigación, de la U. de Manchester, en Inglaterra, indagó en el rol de esas figuras en 44 niños entre cuatro y seis años, con y sin amigos imaginarios, de los cuales el 50% admitió tener un amigo ficticio invisible o personificado en un juguete, como un oso de peluche. A todos les pidieron describir imágenes de un libro, y los que tenían amigos imaginarios, mostraron mayor vocabulario. Anna Roby, sicóloga de la U. de Manchester, indica la presencia de los amigos imaginarios se relaciona, además, con más entendimiento social y creativos. Figuras que, además, eran comunes en hijos únicos y primogénitos.
La dinámica de un compañero ficticio no se presenta en todos los niños, indica Evan Kidd, sicólogo de la U. de Latrobe. A los que se les permite explorar el mundo de un modo lúdico, como un amigo imaginario, pueden crear sin límites y convertirse en "el escritor, productor, director y actor de su propio juego", dice Kidd. Son niños con mucha práctica en la invención de interacciones, lo que facilita el desarrollo de sus habilidades de conversación y creatividad. "Es una forma diferente de relación a la que se da con verdaderos amigos. Acá crean no sólo el diálogo por sí mismos, sino también el de su amigo imaginario", aclara Kidd.
El 65% de los niños tienen un amigo imaginario. Sin embargo, muchos adultos no recuerdan esa experiencia, explica Andrea Bravo, sicóloga de la Facultad de Medicina de la U. de Chile. Es un fenómeno característico de la edad del juego desde los dos a seis años, frente al cual los padres no deben asustarse.
Es una interacción normal que tiene como principal función la práctica de habilidades sociales básicas. "Por eso tienden a desaparecer en los primeros años de colegio, cuando tienen más contacto con pares y el pensamiento da un salto y es más crítico", dice Bravo.

1 comentario:

Anónimo dijo...

psicologa no sicologa! diosmio que ortografia!