Los mosquitos son responsables de la transmisión de algunas de las enfermedades más temibles del planeta, como la malaria, que afecta cada año a 500 millones de personas, y el dengue, responsable de graves brotes febriles en otros 50 millones. A pesar de su importancia, la ciencia todavía no ha sido capaz de encontrar una defensa adecuada para estas pestes. Y la fumigación de viviendas y la distribución de mosquiteras impregnadas con insecticida no han dado todos los frutos esperados. Un grupo de científicos australianos y chinos propone hoy en Science luchar contra los mosquitos con sus propias armas: infectándolos. El equipo, dirigido por Conor McMeniman, de la Universidad de Queensland, ha conseguido emponzoñar al mosquito Aedes aegypti, vector del dengue, con una bacteria -Wolbachia- que reduce a la mitad su esperanza de vida. Como el virus del dengue requiere un par de semanas en el mosquito para adquirir capacidad infecciosa, los investigadores creen que reducir su existencia disminuirá también la transmisión del virus. Y sugieren, esta estrategia podría aplicarse para frenar la expansión de otras enfermedades, como la malaria y la fiebre del Nilo Occidental. El equipo de McMeniman cuenta con la inteligencia de la bacteria a su favor. A lo largo de millones de años de evolución, Wolbachia se las ha apañado para desarrollar ingeniosas técnicas que permiten su propagación. La bacteria, por ejemplo, es heredable, así que la descendencia de un insecto infectado nace con el patógeno. Además, el microbio utiliza mecanismos como el de la incompatibilidad citoplasmática, que impide que un macho infectado pueda reproducirse con una hembra sana. Para perpetuar su estirpe, el mosquito debe aparearse con hembras enfermas. Estas estrategias han conseguido que la Wolbachia esté presente en hasta cinco millones de especies de insectos en América del Sur, Centroamérica y el Caribe. Sin embargo, la bacteria no afecta de manera natural a los mosquitos que transmiten el dengue y la malaria. Los científicos han batallado durante tres años en el laboratorio con cultivos de células de Aedes aegypti hasta conseguir infectarlas con una cepa de bacterias lo suficientemente virulenta como para invadir las poblaciones del mosquito en la naturaleza. El experto en enfermedades infecciosas Andrew Read, de la Universidad Estatal de Pensilvania (EEUU), da la bienvenida en las páginas de Science a este biopesticida. "La eliminación a gran escala de los mosquitos con insecticidas químicos es popular entre la gente, pero abre nuevos nichos para la llegada de nuevos vectores y al muy alto precio de crear resistencias", señala.
Via: publico.es
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