Varios expertos reunidos por la prestigiosa revista 'Nature' para celebrar el 30 cumpleaños de la primera 'niña probeta' del mundo creen que la medicina reproductiva dará mucho que hablar en las próximas décadas. Sugieren que será posible crear gametos a partir de una célula cualquiera, seleccionar el embrión que más se ajuste a los deseos paternos e, incluso, gestarlos dentro de un útero artificial. Estos posibles escenarios, lejos de ser ciencia ficción, se están empezando a esbozar ya en laboratorios de todo el mundo.
En unos años llegará al mundo un niño libre de cáncer y Alzheimer –como predecían sus genes-, con ojos castaños y pelo rubio -como quería su madre-, alto e inteligente. En unos años, el nacimiento de un bebé "demostrará que nada es sagrado en la biología humana". Ésta es la conclusión que se desprende de las opiniones de estos nueve especialistas en medicina reproductiva, recogida en un editorial de 'Nature'.
Cuándo, cómo y gracias a quién verá la luz ese pequeño es aún una incógnita, pero todos los indicios apuntan a que será así. Desde Louise Brown, la primera niña fruto de una fecundación 'in vitro', a nuestros días el panorama científico ha cambiado enormemente. Animales clonados, embriones libres de una enfermedad hereditaria, niños engendrados para curar a un hermano, investigaciones con células madre embrionarias... Cuestiones con una clara implicación moral, que no pasan desapercibidas y sobre las que es necesario legislar.
Entonces, en 1978, cuando la foto del 'superbebé' ocupó las portadas de todos los diarios británicos, la reacción popular no se hizo esperar. "Los dos frentes de batalla son evidentes aún hoy", señala Ruth Deech, miembro de la Autoridad Británica en Fertilización Humana y Embriología, probablemente el organismo más importante del mundo en esta materia.
En unos años llegará al mundo un niño libre de cáncer y Alzheimer –como predecían sus genes-, con ojos castaños y pelo rubio -como quería su madre-, alto e inteligente. En unos años, el nacimiento de un bebé "demostrará que nada es sagrado en la biología humana". Ésta es la conclusión que se desprende de las opiniones de estos nueve especialistas en medicina reproductiva, recogida en un editorial de 'Nature'.
Cuándo, cómo y gracias a quién verá la luz ese pequeño es aún una incógnita, pero todos los indicios apuntan a que será así. Desde Louise Brown, la primera niña fruto de una fecundación 'in vitro', a nuestros días el panorama científico ha cambiado enormemente. Animales clonados, embriones libres de una enfermedad hereditaria, niños engendrados para curar a un hermano, investigaciones con células madre embrionarias... Cuestiones con una clara implicación moral, que no pasan desapercibidas y sobre las que es necesario legislar.
Entonces, en 1978, cuando la foto del 'superbebé' ocupó las portadas de todos los diarios británicos, la reacción popular no se hizo esperar. "Los dos frentes de batalla son evidentes aún hoy", señala Ruth Deech, miembro de la Autoridad Británica en Fertilización Humana y Embriología, probablemente el organismo más importante del mundo en esta materia.
El principal problema que rodea a las nuevas y futuras técnicas reproductivas es su regulación. La dimensión moral de estas cuestiones hace especialmente necesario legislarlas ya que, de lo contrario, cualquier procedimiento -como la selección de un embrión que pueda curar a un hermano enfermo- puede emplearse para fines que, al menos hoy en día, la sociedad no ve con buenos ojos –como elegir el aspecto físico, altura, peso, el cociente intelectual, etc.-.
Tal es el caso de Estados Unidos, donde, perdidos en la maraña legal de los diferentes estados, muchos laboratorios trabajan con la pauta que marca cada médico en cuestión. Hay países con leyes muy liberales mientras otros son muy restrictivos, y ambas posturas tienen defensores. Para Deech, sin embargo, el modelo a imitar es el británico, que "ha permitido progresar al tiempo que se lograba la aceptación pública, además de crear una zona segura para los científicos que trabajan según las normas".
La ampliación de Ley vigente en el Reino Unido acaba de ser votada en la Cámara de los Comunes para permitir, entre otras cosas, la creación de embriones híbridos animal-humano.
En España, la Ley de Investigación Biomédica contempla la clonación terapéutica y la selección de embriones para salvar a un hermano y prohíbe expresamente la creación de cigotos para la investigación y la clonación de seres humanos.
Tal es el caso de Estados Unidos, donde, perdidos en la maraña legal de los diferentes estados, muchos laboratorios trabajan con la pauta que marca cada médico en cuestión. Hay países con leyes muy liberales mientras otros son muy restrictivos, y ambas posturas tienen defensores. Para Deech, sin embargo, el modelo a imitar es el británico, que "ha permitido progresar al tiempo que se lograba la aceptación pública, además de crear una zona segura para los científicos que trabajan según las normas".
La ampliación de Ley vigente en el Reino Unido acaba de ser votada en la Cámara de los Comunes para permitir, entre otras cosas, la creación de embriones híbridos animal-humano.
En España, la Ley de Investigación Biomédica contempla la clonación terapéutica y la selección de embriones para salvar a un hermano y prohíbe expresamente la creación de cigotos para la investigación y la clonación de seres humanos.
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