miércoles, 28 de octubre de 2009

Curarse a carcajadas

Lamentablemente, la vida cotidiana está marcada por el estrés. Cada día pensamos en el trabajo, en la universidad y en todo lo que tenemos que hacer dentro del mínimo tiempo posible. No es de extrañar que con tanta tensión apenas se nos escape un “jajaja…jjijijij…jujuju” durante el día. Pero incontables estudios científicos nos demuestran que las sonrisas y las risas tienen poderes sobrenaturales: reactiva funciones orgánicas y libera tensiones de nuestro cuerpo. Curarse a carcajadas, ¿qué te parece?Reírse es bueno para la salud: relaja los músculos, libera emociones estancadas y hormonas de felicidad. Los niños son los que mejor dominan este tipo de expresión, ya que, según estudios científicos, se ríen 400 veces al día. Los adultos, por el contrario, sólo llegan reírse unas 15 veces, muy pocas. Según los expertos, los grandes tendrían que tomar ejemplo de los pequeños, porque no saben que se están perdiendo con tanta seriedad. Más de 400 músculos distintos se activan al echar una buena carcajada. De esta manera se fortalece diferentes importantes sistemas del cuerpo, como el muscular, el cardiaco, el nervioso, el cerebral y el digestivo. La sonrisa provoca dos procesos: la estimulación y la relajación profunda posterior. Con lo cual una carcajada manipula el organismo ejercitando los músculos del torso, los brazos, los hombros, el abdomen, las piernas, etc. y ventila los pulmones y el corazón. Por lo tanto, una sonrisa aumenta la tensión sanguínea, la respiración, apoya el fomento de la entrada y la salida del oxígeno y además mejora la circulación. ¿Se te ocurre una cura mejor para tus problemas de salud? Hay un sinfín de maneras diferentes de reírse. Sea una carcajada sincera, sarcástica, burlona o tímida, una risa de cinco minutos equivale a 45 minutos de ejercicio. Por eso cada vez más personas, en lugar de apuntarse al gimnasio, lo hacen en la conocida risoterapia, que sigue aumentando su buena reputación en la sociedad. Se trata de un seminario donde los participantes aprenden cómo reírse. Tal vez suena un poco ridículo, pero la mayoría de la gente no sabe reírse bien. En los primeros momentos de la terapia existe una cierta timidez y vergüenza, pero dentro de unos minutos todos los seminaristas se agarran la barriga de tanto reír. Y después de una sesión se han convertido en las personas más relajadas del mundo. ¿No lo quieres probar? No te dejes agobiar tanto por las tonterías estresantes, sino concéntrate en los detalles esenciales de la vida. Durante unas vacaciones puedes desconectar completamente y seguro que te escaparán más sonrisas, risas y carcajadas que nunca. ¿Por qué no empiezas tu propia risoterapia en la encantadora capital italiana? La ciudad eterna de ofrece un sinfín de preciosos lugares, espectaculares atracciones y un ambiente muy especial. Alquila los mejores apartamentos en Roma para gozar de un alojamiento económico, confortable y muy relajante.

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