domingo, 1 de mayo de 2011

Bullying el enemigo entre amigos

Este fenómeno social, el acoso (“bullying”) fue descrito a principios de los años setenta del siglo pasado en la península escandinávica; de allí se propagó al mundo. Se le conoce también como “acoso y violencia entre iguales” ; es la intimidación y maltrato físico, verbal o social entre escolares, mantenido en el tiempo y casi siempre oculto, que intenta humillar y someter a una víctima indefensa por parte de un compañero abusivo o un grupo de maleantes.

Con los avances tecnológicos existentes, hay un nuevo acoso a través de éstos cuyo término es “cyberbullying” 1. El término “bullying” proviene del ingles “bully” que como sustantivo significa “valentón o matón” y como verbo, “maltratar o amedrentar” 3; en la dinámica del fenómeno juegan papel importante las figuras “bullied” que corresponde a la victima; “bully” al agresor y “bystander” al que atestigua el problema 4. La condición se da con mucha frecuencia en las escuelas secundarias y preparatorias y el abanico de efectos que tiene es diverso, pero se han dividido en: daño físico, maltrato verbal, psicológico, social, maltrato indirecto y abuso sexual. Aparece indistintamente tanto en varones como en el sexo femenino.

La víctima y el victimario mantienen un perfil que se puede definir en forma precisa: el primero, debe tener en su físico o en su conducta algo que lo hace ser propicio y el segundo, es por lo general más grande, fornido o malhablado, lo que crea las condiciones para que se imponga su fuerza sobre el primero y se haga manifiesto el acoso. Las más de las ocasiones esta situación perdura por años y sus efectos llegan a ser irreversibles en la autoestima de la víctima; pocas veces dejan huella física, aunque de acuerdo con comunicados de instancias gubernamentales, llegan a causar la muerte.  Los niños víctimas del acoso, sufren tensión nerviosa, gastralgia, cefalea, terrores nocturnos, ataques de ansiedad, fobias, miedo a la escuela y aislamiento. Sienten que sus vidas están amenazadas y no saben cómo salir de esa situación. 
En la edad adulta las secuelas más comunes son ansiedad, abuso o dependencia del alcohol, comportamiento antisocial y dolor abdominal crónico.

La experiencia respecto a la agresión física es escasa al menos en la necesidad de hospitalizar a un niño. Sin embargo, tal parece que conforme pasa el tiempo la fuerza del acoso se va haciendo más violenta y por tanto los efectos se modifican de manera proporcional. 
Los padres de los abusadores, generalmente defienden los derechos de su hijo y con frecuencia piensan: “si pega por algo será”. 
Este problema social es universal y resolver cada caso en particular exige distintas estrategias.
En ocasiones será suficiente una reunión para llegar a puntos de acuerdo entre los padres de familia de ambas partes y los profesores, si el daño causado es intrascendente; sin embargo, si existe un daño físico y se pone en riesgo la vida del niño agredido, deben intervenir instancias como el ministerio público ya que los médicos que lo atienden tienen la obligación de emitir un certificado de lesiones y especificar, de acuerdo con el código penal, lo que concierne al pronóstico. 
Sin duda existen situaciones en las que las consecuencias son más lamentables, en cuyo caso, habrá que realizar otro tipo de trámites y otro será el futuro del agresor.

Foto: pilaresbasicos.blogspot.com

1 comentario:

Anónimo dijo...

buenas tardes Doctor Calderon
Yo me llamo Marianne Tudor Ch.
y tengo 9 años , sufro de bulling
le explico lo que me hacen:
cuando yo estoy en recreo siempre mi compañera Ma. Jose me insulta y me pide dinero y ensima me lanza algo como:pelotas,piedras,tierra o cuadernos pesados


gracias.