La producción de todo tipo de drogas medicinales, incluidas vacunas, podría simplificarse un millón de veces en tiempo, dinero y esfuerzo explotando un nuevo campo de investigación: el diseño de bacterias y microbios "a medida" para que las fabriquen por nosotros.
La idea es muy sencilla: insertar genes extra en las bacterias para obligarlas a interactuar de diferentes maneras con determinadas substancias. Por ejemplo, se está trabajando en la modificación de la bacteria E.coli, que mediante la inserción de diversos genes de levaduras y plantas podría dar una cura para la Malaria, una vacuna contra el SIDA y una droga contra el cáncer de mamas.
Pero falta algo... Ah, sí: estas fábricas químicas también pueden programarse para producir plásticos y hasta -sorpresa- nanotubos de carbono.
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