En lo que se refiere a la evolución cerebral y capacidad del intelecto, el tamaño no importa,quizás lo más importante es la complejidad de las conexiones entre una neurona y otra, dice el estudio publicado en la revista Nature Neuroscience.
El estudio, llevado a cabo en el Instituto Sanger en Cambridge, y las universidades de Keele y Edinburgo, encontró claras diferencias entre estas conexiones en los cerebros de mamíferos, insectos y organismos unicelulares.
El estudio, llevado a cabo en el Instituto Sanger en Cambridge, y las universidades de Keele y Edinburgo, encontró claras diferencias entre estas conexiones en los cerebros de mamíferos, insectos y organismos unicelulares.
Según los investigadores, más que el tamaño del cerebro, lo más importante quizás han sido los cambios que han ocurrido desde hace unos 500 millones años.
Se sabe ya que en lo que a inteligencia se refiere, el tamaño del cerebro no es lo más importante. Por ejemplo, las ballenas y los elefantes tienen cerebros mucho más grandes que los seres humanos. Por otro lado, el cerebro de nuestro antepasado más cercano, el Homo erectus, era mucho más pequeño que el del hombre moderno.
La evidencia sugiere que el tamaño del cerebro pudo haberle otorgado una ventaja evolucionaria para compensar las desventajas. En particular, los riesgos durante el parto y la energía que necesitaba para mantener funcionando un cerebro grande. Es por eso que la clave del avance evolutivo del ser humano, dicen los científicos, tiene que ver con algo más que un aumento en el número de neuronas.
Los investigadores analizaron la sinapsis -las uniones con las cuales las células del sistema nervioso, o neuronas, se comunican entre sí- en tres distintos tipos de seres vivos. Éstas eran la levadura (un hongo unicelular), la mosca de la fruta y el ratón, las cuales representan las tres distintas etapas de la evolución de la vida en la Tierra.
Los científicos descubrieron que la sinapsis de los mamíferos tenía 600 proteínas. Y les sorprendió encontrar que en la mosca de la fruta sólo había 300 proteínas y en la levadura, unas 25 aproximadamente.
Los investigadores analizaron la sinapsis -las uniones con las cuales las células del sistema nervioso, o neuronas, se comunican entre sí- en tres distintos tipos de seres vivos. Éstas eran la levadura (un hongo unicelular), la mosca de la fruta y el ratón, las cuales representan las tres distintas etapas de la evolución de la vida en la Tierra.
Los científicos descubrieron que la sinapsis de los mamíferos tenía 600 proteínas. Y les sorprendió encontrar que en la mosca de la fruta sólo había 300 proteínas y en la levadura, unas 25 aproximadamente.
Según los investigadores, esto demuestra que los grandes avances en la evolución -desde los organismos unicelulares hasta los multicelulares y los cambios entre los invertebrados y los vertebrados- se debieron a los rápidos cambios en la complejidad de la sinapsis.
Según el investigador, los resultados de la investigación ofrecen información valiosa tanto sobre estos enormes cambios como de la continua evolución del ser humano.
"Ahora estamos un paso más cerca de entender la lógica de la complejidad de los cerebros humanos" afirma el investigador.
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