De todos los pasatiempos existentes, mis preferidos siempre han sido esos en los que se muestran dos dibujos prácticamente iguales, y hay que encontrar las diferencias entre ambos. Reconozco que nunca se me ha resistido ninguno hasta la fecha, pues siempre acabo descubriendo la típica mesa con tres patas, la cabeza con una oreja de menos o esa figura con una sombra de más. El tema es que el otro día me encontré uno -el que les muestro en la foto- que aún no he sido capaz de resolver. Consiste en detectar las siete diferencias entre dos imágenes que, a simple vista, parecen idénticas. Llevo toda una noche intentándolo y sólo he encontrado cuatro. Se las comento a ver si ustedes me ayudan a descubrir el resto. La primera que localicé fue la más evidente: los dientes. La calavera los tiene todos, blancos y más o menos bien puestos; el niño, en cambio, sólo tiene unos pocos, quizás por la edad o quizás porque -como especie que evoluciona adaptándose al medio- donde no hay comida no hace falta masticar. La segunda también es bastante fácil, está en la composición y estructura: la de la izquierda está formada por 8.601 diamantes y la de la derecha por millones de células con hambre. La tercera diferencia pude averiguarla investigando el valor de cada una de las imágenes: la calavera está valorada en unos 18 millones de euros y fue adquirida por un grupo de inversores por 77 millones de euros. En cambio, la segunda no tiene valor -que no es lo mismo que decir que su valor es incalculable-, por eso nadie se ha interesado por ella. Y ya para finalizar, la cuarta diferencia es un poco subjetiva. ¡Vamos!, que a mí me parece que la calavera sonríe y el niño hace todo lo contrario, pero no sé, igual son figuraciones mías. De momento, ahí me he quedado, me faltan tres más, si me pueden echar una mano…..........................................................................
P.D. La calavera de platino incrustada de diamantes está considerada como la pieza de arte más cara. Está diseñada por el ¿artista? británico Damien Hirst y lleva el título de “For the love of God” (“Por el amor de Dios”). Hirst, cuando presentó la pieza, explicó que pretende ser “la victoria definitiva sobre la muerte, lo más que puede conseguirse en cuanto a decoración…”
Se me ocurren muchas otras cosas en las que invertir ese dinero, les dejo a ustedes…..........................
Via:terceraopinion