La ictericia ocurre frecuentemente en los bebés recién nacidos. La mayoría de la ictericia es benigna, pero debido a la potencial toxicidad de la bilirrubina, los recién nacidos deben ser monitoreados para identificar a los que podría desarrollar hiperbilirrubinemia severa y, en algunos casos, encefalopatía por bilirrubina aguda o ictericia nuclear. El objetivo de esta directriz es reducir la incidencia de la hiperbilirrubinemia severa y encefalopatía por bilirrubina y reducir al mínimo los riesgos de daños no deseados, tales como la ansiedad materna, disminución de la lactancia materna, y los gastos innecesarios o tratamiento. Aunque el kernicterus debería ser casi siempre evitables, los casos siguen ocurriendo. Estas directrices proporcionan un marco para la prevención y el manejo de la hiperbilirrubinemia en recién nacidos de 35 o más semanas de gestación. En cada niño, se recomienda que los médicos:
1) Promover y apoyar la lactancia materna exitosa,
2) Realizar una evaluación sistemática antes del alta por el riesgo de hiperbilirrubinemia severa
3) El seguimiento temprano se enfoco sobre la base de la evaluación del riesgo, y
4) Cuando este indicado, el tratamiento de recién nacidos con fototerapia o exanguinotransfusión para prevenir el desarrollo de la hiperbilirrubinemia severa y, posiblemente, encefalopatía por bilirrubina (kernicterus).
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